Ubicación: Departamento Candelaria - Provincia de Misiones - Argentina -
Latitud S 27º 20' - Longitud O 55º 32'.
Acceso: A 55 km. de Posadas desde la Ruta Nacional 12 por camino vecinal consolidado (2.500 metros).
Situación dominal: 100% fiscal.
Status legal:
- Monumento Histórico Nacional (1.983) - Decreto Nº 2210
- Monumento histórico Provincial (1.969) - Ley Nº 510
- Patrimonio de la Humanidad (1.984) - UNESCO
Nombre: Nuestra Señora de Loreto.
Fundación y Traslados:
La primera reducción fue fundada en 1610 por los Padres José Cataldino y Simón Masseta, en el Guayrá, en la ribera izquierda del río Pirapó. Emigra en 1631 junto con San Ignacio y otros pueblos conducidos por el Padre Antonio Ruiz de Montoya a las márgenes del arroyo Yabebirí. Después de algunos asientos provisionales, se establece, en 1686 en el lugar donde hoy quedan los restos de sus ruinas.
Gobierno civil y eclesiástico:
Los curas eran los administradores de los bienes de los indios y atendían todo lo concerniente a lo espiritual, temporal, económico, cultural, social y militar.
El Cabildo era la autoridad máxima en cada reducción y estaba compuesto por los caciques. Los curas mantuvieron la institución tradicional guaraní del cacicazgo.
En conjunto, la reducción dependía: del Gobernador de Buenos Aires, de la Real Audiencia de Charcas, del Virrey del Perú y del Rey de España.
El cura y un compañero de cura dependían: directamente del Superior de las Misiones que residía en Candelaria, e indirectamente del Padre Provincial que residía en Córdoba.
Trazado urbanístico de la reducción:
En la etapa de fundación y traslados, los pueblos se construían sin una definición muy precisa en lo urbano; la construcción fue precaria y simple, en adobe, tapia y paja. Recién a fines del siglo XVII, luego de la derrota de los bandeirantes en la batalla de MBORORÉ en 1641, comienzan tiempos de seguridad y estabilidad. Es la etapa de los asentamientos definitivos, donde cada ciudad se organiza conforme a un cuidadoso proyecto urbanístico, donde las edificaciones son de piedra y maderas de ley.
Los elementos constitutivos de la trama urbana son: la plaza, el núcleo principal (templo, colegio, cementerio), las viviendas indígenas, las calles y otras edificaciones.
Los años en que Loreto se anticipó a otros pueblos en la ocupación de su emplazamiento definitivo explican las diferencias en su trazado urbano.
El templo situado en uno de los lados de la plaza - miraba al este - como en los demás, pero sus patios de residencia, talleres y huerta tenían una disposición distinta que en los otros pueblos.
Los talleres se ubican detrás de la residencia o colegio y la huerta al costado de la residencia y los talleres.
La plaza:
Constituía el elemento ordenador del espacio urbano. Cercada por tres de sus lados por las tiras de viviendas indígenas, mientras que el cuarto lado definía sus límites con el núcleo principal.
El suelo era de tierra (no de césped), era el gran escenario donde se aseguraba la participación y la persuación. Allí se concentaban todas las celebraciones cívicas y religiosas.
Las calles:
Estaban ornamentadas con naranjales.
El Templo:
Fue construído por el Hermano José Brasanelli (1691-1726), el primer arquitecto de verdadera valía en el Río de la Plata.
La iglesia, de estilo barroco, de 62,25 mts. por 24,90 mts. nos habla el P. Jaime Oliver en éstos términos: "La de Loreto es nueva, grande, con su media naranja bien pintada, con algunos pasos de la historia de David. El altar mayor es obra prima, muy grave, hermoso, con diez estatuas primorosas; los cuatro retablos colaterales con muy hermosas estatuas".
Según los Inventarios de 1768, las paredes de la iglesia eran de piedras, techo de madera cubierta de tejas y forrado de tablas en medio punto, pintado y dorado desde el crucero al altar mayor; pórtico con su gradería de piedra, y sobre la puerta principal una estatua de Nuestra Señora.
Púlpito y su escalera de madera, asidos de su pie dos ángeles de madera tallada, pintada y dorada.
Tres confesionarios de madera, tallados y pintados. Un órgano y dos atriles para música. Cuatro bancos de madera con espaldar para el cabildo.
En el lugar inmediato al altar de las ruinas de la iglesia, descansan los restos mortales del Padre Antonio Ruiz de Montoya, y de los Padres José Serrano y Juan Bautista Neuman.
Capilla de la Virgen:
Esta capilla no estaba en el núcleo central, sino en las inmediaciones.
Capilla del Monte del Calvario:
A mil trescientos metros aproximadamente de la plaza, en la cumbre de un cerro de 200 metros, se encuentran vestigios de una capilla.
Tenía un campanario y era el mejor edificio en los alrededores. En la época jesuítica el cerro era conocido como "Monte del Calvario".
Desde el pueblo se llegaba a la capilla por una vía procesional ornamentada con naranjos.
Colegio o Residencia:
El Inventario de 1768 describe: "La casa o Colegio edificado en doscientas varas (166mts.) de largo y ciento (83mts.) de ancho, poco mas o menos, contiguo con la iglesia.
En el primer patio, diez y siete cuartos, que sirven de habitaciones y almacenes, y en seis de ellos hay mesas y estantes para libros. En dicho patio, el campanario con once campanas grandes y chicas, inclusas las que están en la capilla de Loreto".
Huerta:
Del Inventario de 1768 se obtiene la siguiente información: "La huerta cercada de pared de piedra, poblada de árboles, plantas y verduras, y una casita para pólvora que, reconocida se halló en cuatro tinajitas como tres arrobas de dicha pólvora, de inferior calidad".
Los talleres:
Contaban con cocina, panadería, carpintería, herrería, platería y presumiblemente en el local más extenso, estaban los telares y tenían su correspondiente patio de los talleres.
Las viviendas de los indios:
Se ubicaban de manera paralela a los lados de la plaza y en hileras hacia la perifería.
Siete a doce unidades o habitaciones constituían una "manzana", que organizada como un elemento cerrado estaba rodeada de galerías perimetrales.
Como otras edificaciones nombramos:
Los tambos, ubicados libremente. Las carnicerías o "rastros" junto a la huerta. Frecuentemente se repartía la carne a los indígenas en el segundo patio. Olerías y galpones ubicados en la perifería del pueblo. Había ermitas. El reloj de sol estaba en la huerta, cerca de la galería de la residencia.
La Economía:
Se sustentaba en la agricultura, la recolección de miel, la cría de ganado, la industria, las artesanías y el comercio.
Se cutivaba maíz, mandioca, batata dulce, caña de azúcar y legumbres con destino a la alimentaciòn.
Algodón para obtener el hilo y el lienzo. Tabaco.
Muy importante pasó a ser el cultivo de la yerba mate, que en un principio se cosechaba de los yerbales silvestres muy apartados de las reducciones. La yerba era el producto de venta necesario para sufragar los impuestos anuales al Rey.
Existía en la reducción un régimen agrícola-mixto. A cada familia indígena se le otorgaba una parcela de tierra para el cultivo que era denominada abá-mbaé o "propiedad del indio", la explotación de la misma era controlada por los misioneros quienes vigilaban que los indios sembrasen y cosechasen sus productos.
La parte de tierras pertenecientes a la colectividad era llamada Tupá-mbaé o "propiedad de Dios". Los indios cultivaban por turnos en estos terrenos comunales y se les pagaba en especie. Los productos eran destinados para cubrir necesidades de la comunidad, pagar el tributo al Rey, sostener a los misioneros, incapacitados, enfermos, viudas, huérfanos, socorrer a los pueblos vecinos en dificultades.
El producto de la ganadería, la yerba, cosechas comunitarias y trabajos manuales ingresaba al Tupambaé, que se encargaba de la exportación y venta.
Del inventario de la expulsión (1768) tenemos información sobre el ganado de la estancia grande: vacunos: 30.000 cabezas, yeguas, potros y potrancas: 2.000, ovejas:1.000, burros y burras: 222, etc.
En la otra estancia menor, nombrada San Antonio: yeguas y sus crías: 770, etc.
Ante la necesidad de una serie de artículos para uso y consumo interno de los pueblos, los jesuítas establecieron los talleres, donde los guaraníes aprendieron una serie de oficios: carpintería, fabricación de vajilla, hornos para cocer tierra, fundición de metales, tejeduría de algodón, confección de sombreros, instrumentos musicales, etc.
En las reducciones no circulaba dinero, por lo que los jesuítas fijaron el valor de cambio para cada producto en el interior de la Provincia, era una unidad monetaria ficticia, el peso hueco(vacío); en base a él se cotizaban los productos. La unidad de peso era la arroba (10,50 kg. aproximadamente) y la unidad lineal era la vara (0,83 metro).
Educación y Arte:
Como el objeto de las reducciones era enseñar la doctrina cristiana, la eduación, la catequización, la enseñanza en las escuelas y el arte estuvieron orientados hacia esa finalidad.
Iniciar a los guaraníes en los valores cristianos no fue sencillo para los padres misioneros, ya que debieron desterrar la hechicería y la poligamia, prácticas ancestrales de la cultura guaraní. Con mucho ingenio, los curas, para hacer comprensible sus enseñanzas se valieron del canto, la pintura, el teatro, la escultura y la danza.
A la escuela de primeras letras acudían los niños desde los 6 años. Aprendían a leer y escribir en guaraní. A los hijos de los caciques y autoridades comunales se les enseñaba además castellano y latín. La enseñanza se completaba con nociones de religión, urbanidad, aritmética y música. Las niñas aprendían costura, tejido y bordado.
En los primeros tiempos los maestros fueron los curas, hasta que se formaron los maestros indígenas.
En el arte jesuítico-guaraní prevaleció el tema religioso-cristiano. Los modelos que llegaban eran europeos. Los guaraníes fueron excelentes copistas de las estampas, dibujos, grabados e imágenes que llegaban.
Para las tallas en madera utilizaban el cedro, jacarandá y otras maderas nobles de la región.
Todo el arte se inscribió dentro de la corriente general de la época: el barroco.
Los guaraníes poseían una inclinación natural hacia la música, que junto con el rezo y la danza formaba parte del ritual religioso. Todas las iglesias tenían de 30 a 40 músicos. Los que no tenían buena voz, aprendían algún instrumento y los tocaban con mucha destreza: arpas, violines, espinetas, bajones, chirimías, clarines; al principio por enseñanza de los padres y luego con maestros indios.
Imprenta:
Loreto es la cuna imperecedera de la imprenta argentina.
La imprenta fue confeccionada localmente por los padres Juan Bautista Neuman y José Serrano, quienes lograron imprimir los caracteres móviles. La prensa y el soporte fueron hechos con madera de la región y los caracteres fundidos en plomo y estaño.
Se trataba de una imprenta itinerante, que se instalaba en Loreto, Santa María La Mayor o San Javier, según lo requerían los trabajos de impresión.
La primera obra publicada fue el "Martirologio Romano" en 1700, le seguían varias obras de carácter religioso, medicina, etc.
La expulsión de los Jesuítas y Decadencia:
El Rey Carlos III de España, firmó el Decreto de expulsión de los Jesuítas de los dominios españoles en 1767, pero recién se ejecutó en las Misiones en 1768.
A partir de esa fecha, el sistema se quebró abruptamente.
Las Ordenanzas del Gobernador de Buenos Aires Bucarelli separaban la atención espiritual de lo temporal.
La primera a cargo de sacerdotes mercedarios, dominicos y franciscanos que hablaban la lengua guaraní.
Lo temporal a cargo de administradores laicos que introdujeron el comercio con el exterior y liberaron progresivamente a los naturales del régimen de comunidad de bienes.
La decadencia demográfica estuvo íntimamente vinculada con la ruina material. Con la nueva administración se notaba la impericia de los administradores locales; "la mayoría ignoraba el manejo de caudales, desconocían lo que era la agricultura y las fábricas y no sabían ajustar una cuenta, todos requisitos escenciales para el cargo".
A esto se sumaba el despilfarro de los productos acumulados en los almacenes. Lo poco que se lograba exportar, apenas daba para impuestos y salarios de los administradores y sacerdotes; no quedaba nada para provecho de los indios. Estos disconformes desertaban de las reducciones y el trabajo se volvía excesivo para los que permanecían. Otros factores de disminución poblacional fueron la desnutrición y las epidemias de viruela.
Con poca gente, las casas quedaban desocupadas. Los techos de tejas no se reparaban y la lluvia infiltrada pudría el maderamen y los tejados no tardaban en derrumbarse.
El año más funesto para ésta reducción y otras (Candelaria, Santa Ana, San Ignacio y Corpus) fue 1817, cuando tropas paraguayas invadieron, saquearon y quemaron estas reducciones, llevándose en carretas, dice el P. Hernández, "cuanto objeto de valor pudieran hallar" al Paraguay.
Lentamente la vegetación fue avanzando sobre todo el conjunto abandonado.
Situación actual de los vestigios:
La planimetría de Loreto presenta una gran similitud con la de Santa María la Mayor y San Carlos. El trazado de la Reducción presenta notables diferencias con las vecinas reducciones de Santa Ana, Candelaria, San Ignacio y Corpus. Estas diferencias se observan también en los materiales y técnicas utilizadas en la construcción.
Las tiras de viviendas que delimitan la plaza conservan en Loreto muros de mayor altura.
El Templo evidencia restos de paredes compuestas de piedra, piedra y adobes y piedra y tapia. Conserva hacia la galería del Colegio una columnata de mampostería de arenisca. El basamento del Campanario, ubicado en el patio de la Residencia, es único por su monumentalidad. La fachada del Templo se halla totalmente caída sobre el atrio, el cual se compone de varias escalinatas labradas en arenisca.
Los Talleres presentan muros de mampostería de asperón en el lado oeste.
En la Huerta se observan los cimientos y canalizaciones de las letrinas.
En el límite sur del predio se hallan dos importantes construcciones: el Cotyguazú y la Capilla de la Vírgen de Loreto. En el caso del primero los vestigios se conservan en su totalidad. Se trata de muros de itacurú, arensica y adobes.
Respecto a la Capilla Nuestra Señora de Loreto, los restos evidencian una monumentalidad excepcional. Sobre una plataforma elevada, a la que se accede por una escalinata de asperón desde una plazuela, se hallan los restos de la Capilla.
Este conjunto conserva en forma integral y homogénea prácticamente todo el núcleo central del antiguo pueblo.
Cuenta con un Centro de Visitantes inaugurado en Septiembre de l997.
Entre sus dependencias nombramos: boletería, museo, mini bar, sanitarios, taller y depósito para material arqueológico y habitaciones para arqueólogos.
Horario de atención: 7,00 a 19,00 horas, de lunes a lunes.
Croquis: Programa misiones jesuíticas - Secretaría de Estado de Cultura - 1995.
Reducción Nuestra Señora de Loreto - Loreto - Misiones.
Fotografías: Programa Misiones Jesuíticas
Bibliografía:
Carvallo, Casiano N.: "Síntesis de historia de la Provincia de Misiones". Ediciones Montoya 1980.
Gutiérrez, Ramón: Tipologías urbanas de las misiones jesuíticas - "La arquitectura de las misiones como mensaje" - Facultad de Humanidades -1995.
Brabo, Francisco J.: "Inventario de los bienes hallados a la expulsión de los jesuítas, etc."- Madrid 1872.
Amable María A., Dohmann Karina, Rojas Liliana M.: "Historia misionera una perspectiva integradora". Ediciones Montoya 1996.
Zárate Emilce A., Cambas Graciela, Cabral Arrechea Salvador, Maggi Gustavo: "Conjuntos jesuíticos de guaraníes en la Provincia de Misiones" - Dirección General de Cultura - 1985.
"Plan Director" para el rescate, conservación y recuperación integral de las misiones jesuíticas de la Provincia de Misiones - Argentina. Programa Misiones Jesuíticas - Secretaria de Estado de Cultura - 1995.
Fuente: http://www.misiones.gov.ar/historia/PatrimonioJesuitico.htm#Nuestra%20Se%F1ora%20de%20Loreto